20 de mayo: Día de las abejas y otros polinizadores.
Las abejas desempeñan un papel fundamental en los ecosistemas forestales como polinizadoras. Al visitar las flores en busca de néctar y polen, transfieren granos de polen entre plantas, facilitando la reproducción sexual de una amplia variedad de especies vegetales. Este proceso permite la formación de frutos y semillas, asegurando la regeneración natural del bosque y la continuidad de las especies vegetales.

Sin este servicio ecológico, muchas plantas no podrían reproducirse de manera eficiente, lo que afectaría la biodiversidad y estructura del bosque.Además de su rol en la polinización, las abejas contribuyen indirectamente a la estabilidad de las cadenas tróficas del bosque. Al favorecer la producción de frutos y semillas, proporcionan alimento a numerosos animales como aves, mamíferos e insectos.
Esto fortalece la red ecológica y mantiene el equilibrio entre las distintas poblaciones de organismos. Las abejas también promueven la diversidad genética de las plantas, ya que permiten la mezcla de polen entre individuos distantes, haciendo que las especies sean más resilientes ante enfermedades y cambios ambientales.
Sin embargo, las abejas no son los únicos polinizadores del bosque. Otros insectos como mariposas, escarabajos, avispas y moscas, así como aves como los colibríes y algunos murciélagos, también cumplen funciones clave en la polinización. Cada uno de estos organismos interactúa con plantas específicas según su morfología y comportamiento, asegurando la polinización de una gran variedad de especies vegetales. La diversidad de polinizadores aumenta la eficiencia del ecosistema, ya que garantiza que más plantas puedan reproducirse incluso si una especie polinizadora escasea. Proteger a todos estos polinizadores es esencial para conservar la salud, funcionalidad y riqueza biológica de los bosques.